sábado, 24 de julio de 2010

Por todo eso...

Por ayudarme a ver la vida de otra manera. Por hacerme tan feliz. Por darme lo que nadie jamás pudo darme. Por enseñarme a leer en vuestros ojos. Por demostrarme sentimientos puros, hermosos, sin maldad, sin nada a cambio...Por hacerme reir. Por hacerme llorar. Por llevaros un trozo de mi alma cuando os fuisteis. Por remendarmela cuando llegasteis. Por vuestra maravillosa compañia. Por el calor de esos besos y esas caricias. Por esperarme...siempre, por quererme...siempre, por perdonarme...siempre.
Por que el regalo más maravilloso que teneis para dar sois vosotros mismos. Por entregar vuestras vidas a quien está a vuestro lado, aunque sea un autentico hijo de puta, y de las manos que esperais caricias solo recibais dolor. Por ser unos seres tan extremadamente maravillosos, sensibles, vulnerables...Porque no se entender la vida sin vosotros. Aunque me hagais sufrir...os amo con toda mi alma.
No se si nací de esta manera, con este sentimiento...pero no recuerdo un día de mi vida en el que un animal no haya estado presente (y me refiero a los de cuatro patas). La primera vez que lloré de alegría...tenía 9 años...y me hicieron el regalo más importante de mi niñez...un cachorro, negro como el ala de un cuervo, al que consideré desde ese momento como el tesoro más preciado. Me parecieron cortos los 12 años que duró su vida, y si su partida fué dolorosa aún lo fué más su ausencia. No quería vivir sin uno de ellos. Y llegó él. Esa bola color whisky, con la barriga gorda como un tambor, el perro más maravilloso que jamás pude tener, el que terminó de enseñarme el amor verdadero, puro, limpio, infinito...Nadie rió conmigo como tú lo hiciste, nadie lloró conmigo como tú lo hiciste, a nadie amaré de la manera que te amé a ti, porque nadie jamás me dará lo que me diste tú...y te marchaste...tras 14 años demostrandome lo maravilloso de tus sentimientos...te marchaste...sin ruido, sin quejarte, mirandome como siempre lo habias hecho, sintiendome como siempre lo habias hecho...en mis brazos...pero llevandote un trozo de mi alma, llevandote todo el amor que fuí capaz de darte. Vacio. Vacio. Vacio. Asi dejaste todo...vacio.
Nunca. Nunca jamás voy a olvidarte. Seguirás vivo mientras yo esté viva y tu recuerdo llenará mi corazón todos los días, porque te sigo necesitando como antes, te sigo queriendo como antes...y el dolor por no tenerte no remite. No se que daría por volverte a ver, por volverte a acariciar, por sentir el calor de tu compañia, porque estuvieras conmigo...no sabes cuanto te echo de menos...
Pero fuiste generoso hasta en tu último momento, fuiste generoso porque con tu muerte le diste la vida a otro ser maravilloso con el que ahora comparto mi vida. Esa pequeñaja, a la que un malnacido le partió el alma, me vuelve a enseñar todos los días algo nuevo, algo distinto...No se su pasado, pero lo adivino en sus ojos. Le dediqué mi tiempo, mis noches y mis dias, pensando que jamás saldría de la oscuridad en la que la bestia humana la habia hundido...pero lo conseguí. Y un día la vi sonreir. Porque ellos tambien sonrien. Y lloré. Como lloras cuando consigues una meta tras un duro esfuerzo. Como lloras cuando ves que has conseguido algo por lo que luchaste incansablemente. Como lloras cuando le devuelves la vida a un ser vivo, porque eso hicimos, le devolvimos la vida. Y ahora su agradecimiento es infinito. Ningun ser humano sabemos agradecer asi las cosas. Ningun ser humano tiene la suerte de sentir como un perro. No lo merecemos.
Por todo eso...por tantas cosas...os amo. Y os amaré siempre. Gracias por hacerme la vida mejor, por enseñarme tanto, por quererme tanto...gracias.
Y no escucheis lo que dicen los que no os respetan...no merece la pena, bastante tienen con no tener la capacidad de amaros. Como lei una vez...hasta que no se ama a un animal, una parte de tu alma está dormida. Que duerman. Que duerman. Si no quieren amaros...que sigan durmiendo.
Algún día volveré a veros. Lo sé. Como volveré a ver a todos mis muertos. Y volveré a abrazaros como lo hice.
Esperadme en el arcoiris, para cuando me toque cruzarlo, pueda hacerlo con vuestra compañia.

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