martes, 31 de enero de 2012

P. P. P.

Me reconozco una persona paciente, pacifica, (uy!..las tres "pes"); intento siempre ponerme en la piel del otro para comprender el porqué de determinadas acciones y reacciones, pero hay días y momentos en los que la paciencia y la paz no son mis fuertes, hay días en los que simplemente estoy hasta los cojones, y el rollo de ponerme en la piel del otro no me gusta porque sencillamente es una piel podrida.
No entiendo el porqué me juzgan por tener inclinaciones distintas. Sí, suelo estar inclinada...pero procuro no tocar el suelo.
Tampoco entiendo porqué los demás no entienden que los sentimientos no tienen límite. Porqué tengo que dirigir mis fuerzas solo hacia un camino y que si ando por uno, no puedo caminar por otros.
El absurdo mayor. La estupidez total. El egoismo pleno.
Hoy es un día tormentoso, en el que una noticia tras otra me hace sacudirme la paciencia. Hoy he vuelto a darme cuenta de que las iniciales que titulan esta entrada no se refiere a los "perros potencialmente peligrosos", solo hay que sustituir la primera palabra, las demás dejénlas en su sitio y con su pleno significado.
Las manos que están destrozando el mundo no son pezuñas de perro.
Las mentes que se embarazan de malas ideas no son de perro.
Los pies que pisan los corazones ajenos tampoco son patas de perro.
Los dientes que desgarran la vida y las ilusiones ajenas no son fauces de perro.
Las voces que callan ante las injusticias no son voces de perros, ni las que gritan de placer ante la sangre y el maltrato...no son ladridos de perros.
Los ojos que desean lo ajeno...las bocas que pudren mentes...los dedos que señalan inocentes...la ira que desemboca en daño...la maldad que pare malos hijos...la envidia que corrompe...el odio que se adueña...la venganza que domina...Aún no he encontrado un perro que se abandere con alguna de estas lindezas, pero diariamente las encuentro en otros sitios.
Asi que permitanme hacer una distinción y comenzar a clasificar a las personas en distintas categorías, y la que hoy me ocupa es la "P.P.P": personas potencialmente peligrosas.
Cuando un animal hace daño a un ser humano,(jamás el animal es culpable), solo hay un camino: la muerte del animal.
Cuando un ser humano hace daño a otro u otros, se le aplica: primero la presunción de inocencia, luego atenuantes, eximientes, exculpatorias...y si tiene un buen abogado acompañado de una legislación mierdosa con más lagunas y charcos que un campo tras un diluvio...chas! a disfrutar de la vida y a seguir jodiéndosela al prójimo.
Pues eso...que hoy no tengo ganas de ser paciente ni pacifica. Que los auténticos "peligrosos" somos las personas, y ya hasta me sobra lo de "potencialmente".