viernes, 29 de abril de 2011

Justicia

Podría decir tantas cosas acerca de esa o esas "personas"...Podría decir que me cago en el día que nacieron y en todos y en cada uno de los días que vivan, podría decir que también me cago en sus putas madres (aunque tal vez sean unas santas), pero máldita la hora que engendraron seres tan espeluznantes, podría seguir desahogándome con improperios e insultos varios, todos los que el asco y la rabia que siento me dejaran...Pero solo pido justicia.
Y aunque se que en este asqueroso mundo en el que vivimos solo sea una utopía...pido justicia.
Y aunque se que es seguir soñando...pido justicia...
Y no me vale que me digan que hay cosas peores porque eso no significa que esto no sea horrible.
Se que en el mundo existen tantas atrocidades como seres atroces capaces de cometerlas, pero eso no significa que esto también sea atroz.
Que ningún ser vivo se merece tanto sufrimiento, coño! qué basta ya de despreciarlos porque no posean capacidades humanas, que basta ya de decir que solo es un perro, o un gato, o un pájaro...
Que no quiero volver a ver esos ojos, pérdidos en el dolor, en la desesperación...que no quiero verlos más...y aunque nadie me escuche...pido justicia.
Soy consciente de todo y de nada. Soy culpable de todo y de nada. Soy cómplice de todo y de nada.
Mi dolor es real y aunque me cueste tanto ver esos ojos...los miro. Y les pido perdón desde donde estoy por no saber, por no poder, por no estar, por haber estado tan lejos de haberla oido...
Por que en el mundo en el que vivimos, tan moderno, tan fántastico, tan adelantado...siguen muriendo niños de hambre, siguen abusando de propios y extraños, siguen matando y aniquilando por poder y por dinero, y seguimos teniendo miedo.
Por que en este mundo tan "ideal" existen hijos de puta que escapan de la justicia como agua entre las manos, porque la justicia está hecha por aunténticos hijos de puta, que cortan los trajes a medida.
Tirar a una galga viva a un contenedor de basura y dejarla agonizando hecha un saco de huesos, aniquilada de hambre y sed...tirarla como si fuera una mierda que no sintiera ni padeciera, con la bolsa cerrada a esperar que se asfixie y asi ahorrarte una máldita bala de tu máldita escopeta...máldito hijo de puta!!!!
Eso es lo que hacen los galgueros y los málditos escopeteros. Pero da igual porque solo es un perro. Solo un perro.
Lo que le deseo al que lo hizo, no hace falta que lo diga. Pero el dolor que nos causa a todos los que amamos y respetamos a los animales, y el sufrimiento que le ha infringido a esta perra...clama justicia.
Me dormiré muchas, muchas noches con esos ojos clavados en mi memoria. Como me duermo todas las noches...pidiendo justicia.
Justo sería que vivieras. Justo sería que disfrutaras y conocieras que no todos los humanos somos iguales. Justo sería que sintieras el calor y el cariño. Justo sería que tus huesos no sintieran más que caricias...Por favor, lucha...sobrevive...no te rindas...te lo deseo con toda mi fuerza, con toda mi rabia, con todo mi corazón...

domingo, 17 de abril de 2011

Seis años

Cuando en la vida la única preocupación que tienes es que vestido ponerle a tu muñeca preferida...es que tienes seis años.
Que tu madre te levante pronto en la mañana para ir al colegio. Escuchar el tintineo de la cucharilla dentro de un gran vaso de colacao. Como me peinaba el pelo y me lo ataba en una larga coleta, rematándola con un lazo a juego con el uniforme. El olor a la colonia de baño...La misma cantinela todas las mañanas..."pórtate bien, atiende en clase, haz caso a la maestra, cómete el bocadillo, no te ensucies...". Cómo lo echo de menos!!!
Cuando esperar a que llegara el viernes por la tarde era mi única ansiedad...es que tenía seis años.
Hacerme mayor era una misión imposible. Pensaba que nunca llegaría.
Quería crecer...pero el tiempo no pasaba. No me daba cuenta que pasaba.
Los sábados por la tarde llenaba la habitación de muñecas y jugaba a ser lo que nunca he sido.
Los sábados por la tarde era actriz, cantante, abnegada esposa y madre, vendedora de Avon, dependienta de una tienda de modas, cocinera, médico, espía, policía y ladrona, costurera, camarera, abogada y acusada, jefa y secretaria, telefonista, azafata, criada y señora...Con seis años fuí todo eso. Con una imaginación a prueba de bombas, con disfraces y pelucas, con los labios pintados de rojo chillón y zapatos de tacón robados de un armario de mi tia.
Rellenando mis camisetas con trapos a la altura del pecho para parecer una mujer, y mi barriga con un cojin...y ya estaba embarazada!!! A la vez empujaba un carrito de bebé por el pasillo de mi casa, y de esa guisa imaginaba que iba a un parque, que resultaba ser el salón de mi casa donde, con paciencia, me regresaban a la habitación, para que no diera demasiada lata.
Era un mundo perfecto. Dentro de mi cabeza el mundo era perfecto.
Lo tenía todo, aunque no tuviese nada.
Los domingos comíamos pollo frito y patatas del Indio, mientras ponían en la tele "La casa de la Pradera". Por la tarde se llenaba la casa del olor de la ropa limpia y planchada por mi madre y el puchero hervía a borbotones en la cocina de butano. En la tele se oían los resultados de la quiniela y mi madre se lamentaba de que otra vez la suerte había pasado de largo.
Y yo tenía seis años.
La sensación del baño caliente del domingo por la noche...el pijama suave, los calcetines de dormir en invierno...las manos y el beso de mi madre arropándome..."cierra los ojitos y duérmete, que mañana hay cole". Yo tenía seis años.
Ahora han pasado unos cuantos. Ahora soy tan mayor como quise ser entonces y daría lo que fuera por tener la inocencia de mi niñez.
A veces me cuesta reconocerme en aquella niña que abría los ojos a un mundo del que no sabía nada. A veces me cuesta pensar que alguna vez fuí inocente, pura, limpia...niña.
El paso del tiempo me cambió. Las experiencias vividas me cambiaron.
Aún sigo imaginando que soy lo que nunca seré...porque quiero seguir teniendo sueños e ilusiones. Ya no tengo muñecas, ni disfraces, ni pelucas...mis zapatos de tacón ya son de mi talla y no se los robo a nadie, ya no pinto mis labios de rojo chillón. No me hace falta rellenar mis camisetas de trapos, y si quisiera llenaria mi vientre de algo más que de un cojín.
Y sé que a pesar de todo, fuí afortunada. Que nadie debería crecer en otro mundo que no fuese así, o parecido.
Pero aún, a veces, cierro mis ojos...y viajo a aquel lugar tan maravilloso, a ese mundo donde no había nadie más que quien yo quisiera, donde mi habitación era el principio y el fin, donde nadie podía hacerme daño, donde lo tenía todo aunque no tuviese nada.
Aún, a veces, necesito tener seis años.

lunes, 11 de abril de 2011

Cádiz. Cai. Cádi...

Pues sí, soy de Cádiz, bueno...de Cádi, porque yo no pronuncio la "z" del final. Ni en la palabra Cádiz, ni en Jerez, ni en Badajoz...porque no me sale, porque no... Ni tampoco digo Cai, porque tampoco me sale. Porque tal vez lo digan otros, pero pa mi es Cádi.
No nací en la Viña ni en el Mentidero. No salgo en coros ni en chirigotas. No me pongo capirote en Semana Santa...pero soy de Cádi.
No tengo amistades carnavaleras, no voy a ensayos, no tengo baúles llenos de disfraces, ni me he subido nunca a una batea...pero soy de Cádi.
Porque Cádi es algo más...aunque no quieran verlo. Porque Cádi no es solo serpentinas, ni coplas, ni papelillos...aunque sí forme parte importantísima de su forma y fondo. Y de ello ni reniego ni huyo...pero Cádi no es solo eso.
Soy de Cádi, primero porque nací en uno de sus barrios, en el que me crié y crecí. En el que aprendí a hablar, a andar...a vivir.
Soy de Cádi, porque a pesar de todo lo malo que nos toca vivir, amo mi ciudad...su olor, su luz, su gente...
Porque he reido, llorado, sentido, amado...por todas y cada una de sus calles.
Porque me ha vuelto loca el levante, me ha refrescado el poniente, y me he llenado los pulmones con su sal.
Porque su mar me da vida, libertad, sueños...porque pisar su arena me llena de ganas...
Soy de Cádi. Es mi casa. Mi refugio. Es mi familia. Son mis amigos. Es mi vida.
Y sé que hay más mundo, del que tal vez no conozca ni la milésima parte...pero Cádi es mi mundo. En el que quiero vivir...en el que quiero morir.
Y aunque no desgarre mi garganta en Carnaval, el sonido de un tango me pone los pelos de punta. Y aunque no me ponga capirote...el olor y el color de esa Semana y la visión de su Rostro me hacen emocionarme, porque mi fe y mi credo es solo mio, y es mi forma y mi modo.
Y en esas calles me he hecho persona. Las he pateado como una loca intentando no llegar tarde a casa mientras mi madre me esperaba tras el balcón. He vivido sus inviernos, sus veranos, sus otoños y sus primaveras...sintiendome enamorada, desgraciada, querida y olvidada; he sido niña, chiquilla y ahora mujer...y todo ha sido en Cádi.
Me he bañado en su mar. Me ha dado vida su aire. Ha quemado mi piel su sol. Y me ha dado cobijo el trocito de cielo que alcanzan a ver mis ojos cuando miro hacia arriba, cuando busco una salida, cuando imploro una respuesta, cuando busco lo que no tengo...
Y soy feliz cuando camino temprano en la mañana por sus calles y siento el olor a café que sale por las ventanas. Con su ropa de colores colgando en los balcones. Con el olor a sal en las bocacalles. Pisando sus adoquines, por plazas y calles, mirando sus formas, sintiendome en casa...en casa...
A pesar de todo y de todos. Aunque quieran ignorarla, despreciarla, ningunearla. Aunque la critiquen, la envidien...Aunque no sea más que un trocito de tierra rodeada de mar...es mi tierra, es mi mar, es mi casa, es mi hogar.
Y para los que vienen a verte na más pa criticarte...no tengo na que decirles, porque no me interesan, porque los que te amamos estamos a tu lado, contigo...seas buena o mala, te traten como te traten, digan lo que digan. Porque es como una madre, buena o mala no hay más que una, y se le respeta y se le quiere, perdonandole sus errores, porque todos los tenemos. Todos nos equivocamos.
Cádi. Mi Cádi. Donde gano y pierdo. Donde odio y amo. Donde rio y lloro.
Tu aire, tu luz, tu sol, tu olor...mi vida.

lunes, 4 de abril de 2011

Cómo, cuándo y porqué.

Son piedras en tu camino. Piedras que no deben hacer que te desvíes, solamente que pares. Que mires las heridas que te han ocasionado, pero que las mires, solo para saber donde debes lamerte para seguir adelante.
Y como los lobos cuando enferman, se retiran de la manada, a sabiendas que solo serán un estorbo para los suyos.
Asomo la cabeza y abro bien los ojos, aunque este viento molesto me los llene de arena y me los nuble.
Y el lobo aunque enfermó no murió. Buscó su manada y volvió a unirse a ella. Más viejo. Más herido. Más cansado. Pero vivo.
Enseñando sus dientes como de costumbre. Mostrando sus garras. Erizando su pelo.
Lamiendo heridas propias y extrañas, pero volvió a su manada.
Y ahora camina lento porque tiene las patas cansadas, pero pronto volverá a correr entre árboles y rios.
Y ahora no consigue buen alimento porque sus reflejos están aún dormidos, pero pronto será el cazador temido que fué.
Y ahora no corteja porque la naturaleza le dice que necesita sus energías para otros menesteres, pero pronto será el semental que vuelva a sembrar sus fuertes semillas.
Pronto, pronto...todo esto ocurrirá pronto...y si no...ya me encargaré yo que ocurra.