Esos ojos me acompañaran el resto de mi vida. Nada ni nadie hará que los olvide.
Esa mirada me torturará hasta mi último día, porque no pude salvarte, porque quedaste atrás, porque no sé si estarás vivo...porque mi vida, nuestras vidas y la de todos los que venían detrás...valían más que la tuya???
Estabas ahí, solo, asustado, muerto de sed y de frio, el saco de huesos que era tu cuerpo temblaba al paso de tantas luces...y ninguna era tu luz, ninguna fuímos tu luz.
Y no sé si escuchaste mi voz. Por un momento creí que tus ojos y los mios, por una décima de segundo, se cruzaron y entendiste lo que te gritaban. Te gritaban PERDÓN.
Pérdoname por no haberte podido sacar de alli. Pérdoname. Pérdoname...
Y pedí ayuda para ti. Pero jamás sabré si esa ayuda ni siquiera llegó.
Y volví a buscarte. Y te busqué. Y no pude encontrarte.
Y no sé donde estás. Y me perdí todo lo que tú me podías haber dado. Me perdí tu mirada tranquila. Me perdí tu cariño sincero y eterno. Me perdí tu calor en las noches y tus suaves amaneceres. Me perdí cambiar esos ojos tristes por sonrisas y no pude saciar ni la sed de tu cuerpo ni la de tu alma, y todo eso tortura la mía.
Porque tenía tanto para darte...podía haberte hecho tan feliz...podía haberte hecho olvidar todo lo que tiñó tus ojos tristes...
Tal vez jamás fuiste nada para nadie, pero para mi siempre serás tú.
Tal vez tus huesos hayan ido a parar rotos y sin vida a la cuneta. Tal vez recuerdes también mi mirada como yo la tuya...y ruego que, si has muerto, ello te haya dado algún consuelo en tu último aliento.
Que ésta culpa me acompañará toda la vida, ya lo sé. Que tal vez hayas tenido mejor suerte de la que presiento, ojalá. Pero tus ojos...
Aquella criatura, indefensa, asustada...abandonada a un lado de la carretera...y mis manos no pudieron llegar a ella, y no pude abrazarla, consolarla, alimentarla, quererla, ayudarla, amarla...salvarla...no pude...no pude...
Porque mi vida, nuestras vidas y las de todos los que venían detrás...valían más???
Seguro???
Dedirte que no puedes salvarlos a todos sería un tópico tan grande que debería callármelo... y aún así no puedo... vaya mundo éste en el que vivimos. Que mal lo llevamos los sentimentalistas. Pero así somos, y desde luego yo no quiero cambiar mi forma de ser. Muchos besos Carmen
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