Cuando era pequeña...tenía miedo.
Miedo porque me decían una y otra vez que si me portaba mal acabaría yendo al infierno. Y el infierno debía ser algo feo, muy feo.
Intentaba portarme siempre bien, y la mayoría de las veces lo conseguía, pero al fin y al cabo era una niña con todo lo que ello conlleva...Fuí creciendo y el temor al castigo, si mis actos no eran aprobados, tambien crecía, pero seguía sin entender que era el infierno y porque sería mi final.
Tal vez eran las consecuencias de una educación católica o el mal uso que algunos educadores católicos le daban al asunto.
Poco a poco quise conocer ese sitio al que me decían que me llevaría mi destino, quise saber donde y como se llegaba al infierno, ya que iba a pasar en él toda una eternidad, que menos que enterarme por donde quedaba, al menos la dirección apróximada...y cual no fué mi sorpresa al darme cuenta de que no acabaría en él...que ya vivía en él!!! Y lo descubrí cuando te necesite a mi lado y no estabas...eso era un infierno. Lo descubrí cuando te hice daño y no conseguí tu perdón...eso fué un infierno. Cuando te fuíste de mi lado para siempre...Dios, que infierno!!!
Y lo descubrí cuando mis ojos me enseñaron las maldades de las que algunas personas son capaces. Cuando el hambre, el frío, la soledad y la pena calan tus huesos y todos te miran al pasar...y solo miran y pasan. Cuando ya tu cuerpo no es capaz de sentir más dolor porque ya éste te ha llegado al alma...
No queda tan lejos el infierno. No más lejos de aquella esquina donde te dejaron atado a tu suerte. No más lejos de aquella carretera en la que te arrojaron. No más lejos de aquel golpe que no te dolió tanto como su abandono...no, no queda tan lejos el infierno.
Y aún en tus ojos no hay odio, porque tu alma es tan limpia que es incapaz de sentirlo. Pero no todos lo ven...pocos lo ven.
No, no está tan lejos el infierno, cuando los demonios campan a sus anchas.
No basta con decirte que estoy a tu lado y que siempre lo estaré. No basta.
Y ahora me doy cuenta de que no terminaré en el infierno, que vivo en él cada vez que veo tu rostro, tu cuerpo...cada vez que escucho tu llanto...eso es el infierno para mi.
El no tener capacidad suficiente para eliminar a todos y a cada uno de los demonios. El ver que disfrutan con tu dolor. Maldita sea!!!
Y cuando un hombre es ultrajado...infierno. Cuando un niño es maltratado...infierno. Cuando una guerra acaba con la vida...infierno. Y tambien cuando tú eres despreciado...infierno. Porque tu tambien eres vida. Porque tú tambien tienes alma. Porque te amo.
Si pudiera le diría a todo aquel que me asustó de pequeña que ya sé lo que significa todo aquello. Que lo aprendí rápido. Y que termine donde termine...no podrá ser peor que todo esto.
Me encanta. Me sumerjo. Me delito. Vibro.
ResponderEliminarFelicitaciones!!!
Perdón, quise decir "me deleito". Igual creo que quedó en claro. Un beso.
ResponderEliminarGracias, Juan Carlos, muchísimas gracias. Todo lo que compone este blog son sentimientos que solo se expresar escribiendo, y el saber que hay personas que disfrutan compartiéndolos es una gran satisfacción para mi.
ResponderEliminarDe nuevo, muchas gracias.