Esta noche no puedo dormir. Estoy dudando entre fumar un cigarro o tomar un chocolate muy caliente...olvido el chocolate. Camino despacio por mi casa, algunos rincones aún me son extraños. Pienso quien habrá vivido aquí, cuántas risas y cuántos llantos dormiran sobre estas paredes que pinté de distintos colores...como para borrar el pasado y comenzar una nueva vida.
Me vuelvo a sentar frente al ordenador y pienso. Tantos recuerdos se agolpan en mi cabeza que es dificil ordenarlos. Tantos sentimientos le acompañan a cada uno de ellos.
Y quiero escapar. Y escapo. Vuelvo atrás. Cuando el tiempo no pasaba, cuando mi vida estaba comenzando, cuando era tan inocente...
Y me acuerdo de ti, de ti y también de ti. De tantos como han dejado huella en mi vida. De tantos como he aprendido y de tantos de los que me queda por aprender.
Y pienso en que me quedará por vivir. No quiero equivocarme más...pero sé que volveré a hacerlo.
Me cuesta encontrar el momento en que empezó todo esto. El momento en que fuí consciente de mi misma, de mi existencia, de mi vida...Tal vez porque el primer recuerdo fué tan doloroso que huí de él durante muchos años. Nadie, nadie nunca debería empezar así.
A partir de ese día mi mente se abrió de par en par y comenzó a acumular vivencias, experiencias, sentimientos y se empezó a formar una persona. Como un trozo de maleable barro al que muchas manos van dando forma, a veces grotesca, a veces dulce y hermosa.
Las palabras me daban forma. Los actos me deformaban.
Los besos me volvian a construir. Las lágrimas a destruir.
Pero todas y cada una de las cosas que veía, tocaba, sentía, experimentaba...todas...han ido haciéndome lo que soy ahora.
Y así, soy tan imperfecta.
No quiero lastimar nunca...y lástimo. No quiero herir nunca...pero hiero.
Quisiera no arrepentirme de nada...pero me arrepiento. Y a la vez amo con tanta intensidad que eso hace que mi vida merezca la pena.
Porque a pesar de todo y de todos...amo. Con una fuerza incontrolable. Con una pasión sin medida. Con todo mi corazón.
Amo la luz que me despierta cada mañana porque con ella podré volver a verte. Amo el eco de tu voz porque me hace saber que estás aquí. Amo el sonido de tu risa, el sabor de tus besos, el calor de tus manos...tu compañía llena mi soledad...aunque no me mires, aunque no me hables, aunque solo duermas...
Amo a todo aquel que da sentido a mi vida. Me da igual su color, su tamaño, su pensamiento, su raza, su inteligencia...solo me hace sentir y eso es ya demasiado importante.
Y haceis que todo tenga sentido. Todo.
Ya no quiero buscar una explicación. Tengo mucho, infinitamente mucho más de lo que me merezco.
Pero esta noche no puedo dormir. Tendré que hacer lo que me decía mi madre cuando era muy pequeña...cerrar muy fuerte los ojos, acurrucarme en un lado de mi cama y soñar despierta hasta que el mismo sueño me venza.
Soñar...soñar...con todo aquello que tal vez nunca alcance, nunca vea, nunca viva. Y recordar...lo que alcancé, lo que ví, lo que viví...y por todo ello...dar gracias.
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