sábado, 18 de diciembre de 2010

Mi arruga

Cuando hoy he vuelto a casa, después de una interminable mañana de trabajo, y mientras me lavaba las manos...me miré al espejo. Y descubrí algo nuevo. Una nueva arruga.
Tras jurar en arameo y maldecir aquel potingue que juraba mantenerme joven eternamente, me dispuse, un poco más tranquilamente a analizar aquella nueva compañera de viaje.
Vamos a llevarnos bien, pues ya que has venido y te veo con ganas de quedarte el resto de tu vida conmigo...vamos a llevarnos bien. Quédate ahí quieta. No crezcas más. Manténte pequeña y discreta, que solo tú y yo sepamos de tu existencia...
Te has acomodado en mi piel. Te miraba y veía como me sonreías, con una sonrisa malévola, como diciéndome que quisiera yo o no alli te ibas a quedar para siempre y que harías lo que te diera la gana, crecerías, profundizarías o tal vez te quedarías así por siempre...pero lo que a ti te diera la gana. Tengo esta guerra perdida, lo sé de antemano.
Asi que como no sé cuanto tiempo tendremos que estar juntas (espero que mucho), he decidido no ser tu enemiga. No voy a luchar contra ti. No te voy a asfixiar con sueros de eterna juventud, ni te voy a maquillar para disimular que estás ahí...lo dicho...que vamos a llevarnos bien.
Porque tú y yo somos la misma. Yo te he creado. Yo te he parido. Eres, al fin y al cabo...mía. Has tardado en aparecer...pero ahora estás aquí, y ya jamás te irás de mi vida.
Y pénsandolo bien, ya no quiero que te vayas.
Porque cada vez que mi rostro se refleje en un espejo tú te reflejarás con él y yo sonreiré y así te haré un poco más intensa, más grande, más profunda...Porque te creé a base de risas, a base de besos, a base de alegrías y de momentos hermosos...
Porque tú me demuestras que estás ahí porque he vivido. Porque he llorado, reido y amado.
Porque apareces cuando despierto, cuando siento, cuando me estremezco, cuando sueño, cuando mis ojos ven lo que amo, cuando pienso...
Asi que...no te asustes, ni creas lo que te dije esta mañana. Viviremos juntas. Y espero que vengan muchas más para acompañarnos en el viaje, para que no estemos solas, para hacernos compañía, para hablarnos en silencio... Espero que vengan muchas, muchas más...que sin palabras digan todo lo que he vivido y todo lo que he sentido. Que invadan el alrededor de mis ojos, de tanto abrirlos y cerrarlos. Que ocupen mis labios para que me recuerden, cuando tal vez ya no tenga ni memoria, todos los besos que he dado. Que recorran mis mejillas, para que al verlas, vuelva a sentir todas las manos que las han acariciado. Y que llenen mi frente haciéndome saber todas las veces que he pensado..., que he pensado en...
Al fin y al cabo...gracias por estar ahí...y por todo lo que significas.

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